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Mostrando entradas de enero, 2024
Quedan pocas poesías para reescribir. Si acabo pronto, las volveré a revisar. Siempre se encuentran errores que antes pasan desapercibidos.
Sigo reescribiendo mis anteriores poemas. Los corrijo, pues no escribo ahora como hace treinta años. La labor es lenta pero da sus buenos resultados. Todavía me queda material por revisar.
Continuo pasando al ordenador mis primeras poesías, pues cuando empecé a los 20 años todavía se escribía -en mi caso- en la típica máquina de escribir antigua.
Después de reunir algunos casos del detective Edwards, corrijo unas poesías, las primeras, para el futuro volumen. ¡Cómo cambian los tiempos! En 1992 tenías muchas ilusiones. Ahora en 2024 ves el mundo de otra manera.
Me siento animado. Estoy recopilando los casos del detective Edwards. Me ayuda el que el volumen Una balalaika para Vladimir es comprado por la gente con frecuencia. De esta manera tienes más deseos de escribir poesías y narraciones.
Afortunadamente he conseguido reanudar el relato y además lo he finalizado de una manera romántica. Si no pasa nada lo incorporaré el volumen que tengo programado en el 2025, Poesies i contes del trobador errant. En este 2024 tengo el programa completo.
Continua esa sensación de angustia para reanudar el relato largo. Pienso que me traerá más trabajo Els fills dels aiguamolls negres que el resto de mis relatos y novelas.
Estos días estoy reescribiendo Simfonia tarragonina que tiene como nuevo título Els fills dels aiguamolls negres. Pero cuesta cambiar nombres, situaciones, personajes... El escritor se puede confundir con las acciones de los protagonistas. Es más elaborado que improvisar un relato largo o una novela. Ahora me he quedado atascado y no sé cómo seguir.
En estos días reinan el frío y el viento. En el resto del país nieva. Yo no salgo de casa a pasear porque el frío me destroza mis piernas. Recordad que voy en silla de ruedas. Ahora en casa me entretengo reescribiendo una novela de detectives que me rechazaron cuando tenía unos veintitrés años. He cambiado la época y algunos personajes. Todavía estoy en la labor y posiblemente tardaremos en verla editada. Tiene como título provisional Els fills dels aiguamolls negres.
Quiero volver a las adaptaciones del comic de mis relatos  y poesías. Desgraciadamente tenemos poco material y un editor de comics no se arriesga a publicar, aunque tuviese muchas planchas para imprimir. Desgraciadamente el lector deberá buscar en hemerotecas Tóxika en el Estímul, diari de La Canona, otros breves relatos y poesías en la misma revista. Quizás en el Orfeó Canongí o en la biblioteca del pueblo encuentre el material deseado. Proyecto Maracaibo está en La crida de Cambrlis. No sé donde lo puede encontrar. Tampoco no esperéis un albun de cuarenta y ocho páginas. Hablamos de tiras de comics de tres viñetas cada una. Lo siento.
Naturalmente estoy hablando de relatos reeditados y reunidos en volúmenes. Todavía se encuentran por juntar las breves narraciones de Titus Toscanius, un capitán que manda en una compañía de mercenarios y recorre diversos reinos en la época de los Reyes Católicos. No sé si sacaré algún libro en el que recopile además una novela inédita de él como protagonista, El tesoro de César Borgia. También queda la saga de otro guerrero catalán que se llama Manfredo y participa en la conquista de Mallorca bajo las órdenes de Jaume I el Conqueridor. No nos olvidemos de algún relato aislado que no he decidido reeditar porque años después me parecía poco publicable. También entre los cuatrocientos y tres relatos reunidos existe alguno que se repite. Por este motivo está calculado grosso modo. Los relatos de la saga de Hagen el germánico están en el mismo apartado. Iré publicando volúmenes hasta que el reloj de la vida se pare. Espero ver reunida toda la obra en vida. 
De esta manera, sin contar con las poesías publicadas tengo unos cuatrocientos cincuenta y tres relatos publicados y mis nueve novelas. No me puedo quejar de momento. Debería escribir más material pero luego el problema viene el espacio que te dan las revistas y si lo publican.
Perdón. La cuenta no ha salido bien. Debemos sumar a los cuatrocientos relatos los cincuenta y tres cuentos de espías de Una balalaika para Vladimir. No nos debemos olvidar de la poesía que he intercalado entre narración y narración en volúmenes anteriores. Empecé a escribir mis propios cuentos a los nueve años y a los quince perfilé mi estilo. Desde ese momento no he parado. Luego a los veinte años veía mis primera poesías publicadas.
He calculado grosso modo unos cuatrocientos relatos publicados y unas nueve novelas publicadas. Sin embargo continuo escribiendo. Pararé cuando el reloj de mi vida pare. En estos momentos estoy escribiendo relatos breves sobre los casos del detective Edwards, un investigador de los años 30 del siglo XX que trata temas de misterio. Espero recopilarlos pronto. De momento no paro y tengo material reunido para publicar en el futuro.
Cuando escribo una poesía o una narración, el mundo de mi alrededor se desvanece. Si escribo una aventura medieval, la habitación se convierte en un aposento para un trovador en un castillo y allí improvisa sus versos. Si la aventura se desarrolla en un bosque o en una llanura, me siento como cabalgando y protagonizando una escena. En el caso del volumen Una balalaika para Vladimir tenía diversos escenarios, la aburrida oficina, un despacho, luego parajes exóticos y mucha acción. Parecía que yo era un compañero más del Comando Pantera y contaba sus misiones. Reinaba el compañerismo y la solidaridad, lo cual no se puede decir de los actuales trabajos, donde uno aplasta al otro para subir de categoría o para mantenerse en su puesto.
Se terminó la etapa de las adaptaciones al comic. Reconozco que era una mala época porque comenzaba la crisis del 2008.
Sabéis que el comic me apasiona después de los libros. También me gustaba ver adaptados al comic mis relatos o poesías. En una época dorada el dibujante de Jaén Ángel María Martínez adaptó al comic el relato de Tóxika y Proyecto Maracaibo. El primero está en Contes del rocambolesc y el segundo Solamente eran unos sueños. Otros dibujantes como Marius Castellví o Silvia Martín Ontiveiro intentaron buenos dibujos. Eran siempre tiras de comic de tres viñetas cada una. Luego se notaba en los dibujantes ciertas señales de cansancio y no continuaron. Era una verdadera lástima. En el caso del primer dibujante, amante de los comics de superhéroes, le di una idea a través de un relato Los poetas del Walhalla, que encontraréis en Código aventura. Un viajero fatigado encuentra al dios Wotan en una cabaña perdida del río Rin y allí el dios le cuenta sus aventuras. Desde ese momento le daba libertad al dibujante para que improvisara. Solamente debía pone en un recuadro Basado en un personaje de Javi
Se me ha criticado negativamente que en mis relatos e incluso poesías reina la violencia. Sin embargo en mi caso no es violencia gratuita o hago apología a la violencia. El hilo argumental es un personaje atacado por el típico fanfarrón o  malvado pero el atacado defiende a los suyos y a su honor. Acaba derrotando a su antagonista. Naturalmente pongamos el ejemplo de unos ocho sicarios con espadas y puñales en la Edad Media en un castillo sombrío. El atacado no va a arrojar su acero y va a parlamentar sobre paz con los asesinos. Hablo de un relato medieval. En otras épocas emplean rifles o fusiles. Incluso arreglan el problema con puñetazos. Pero los héroes de mis relatos no atacan a personajes inofensivos, débiles o vulnerables.  Cuando en la revista Alhucema de Granada y posteriormente en el volumen Una prima de París y otras narraciones, me publicaron El señor de las estepas, supe que debía demostrar la violencia del mítico Genghis Khan. Encontramos la famosa anécdota que reproduzco