No solamente llegaban las malas noticias. También venían buenas oportunidades. En aquella época salieron dos revistas La ciutat de Tarragona y Notícies TGN. En la primera mis relatos eran aceptados pero siempre con cierto recelo. Pienso que el director no sabía que poner en aquel apartado. Primero me dijo un relato por entregas sobre Tarragona y envié uno de una posible Tarragona en el futuro. Publicaron los primeros cuatro capítulos y luego el director dijo que prefería los relatos autoconclusivos, sin el típico "continuará". Llevé unos cuantos y fueron aceptados. Como condición indispensable debía salir Tarragona. No pienso que les preocupase mis colaboraciones pues una narración era interrumpida por la mitad sin explicaciones. Envié uno de temática terrorífica y lo publicaron. No tuvo buena acogida y se tomaron la venganza. Luego tardaban en publicar el siguiente. Llamé y el jefe me dijo que no eran necesarios mis relatos. Después vi que ocupaban mi espacio periodistas de la radio y otros medios de comunicación que solamente comentaban memeces. El relato sobre la Tarragona del futuro fue continuado por mi y se tituló finalmente Fort Tarraco. Salió entero por entregas en la revista La crida de Cambrils. Luego el lector verá la versión en Contes del rocambolesc.
En cambio en Notícies TGN tuve más oportunidades. Llevaba unos relatos con un comienzo periodístico y luego la misma narración adquiría un tono fantástico. Se fueron publicando en la sección Cartas al director. Pasaron unas meses tranquilos y pedí si podía se columnista. Aceptaron y llevé mis relatos que seguían en su mayoría la misma línea. En el año 2014 se conmemoraba el bimilenario de la Muerte del emperador Augusto, que tuvo mucha importancia para embellecer la Tarraco romana. Tuve la idea de escribir una serie de relatos sobre Hagen, un guerrero germánico, que protegía a Augusto y recorría aventuras. La idea era buena y pronto por las semanas que duraban las Jornadas de Tarraco Viva estas aventuras se publicaban. De esta manera estuve unos cinco años. Pero se me acababan las ideas y volví a las narraciones de cualquier tema. Pasaron unos meses y me dijeron que se había acabado mi etapa en ese diario. Me quedé defraudado y todavía sigo sin recuperarme de aquella decisión. Para ellos el asunto no fue mejor. Pusieron a una escritora independentista que fomentaba el odio entre los catalanes en sus artículos y después de ocho meses dejó de aparecer con la epidemia del coronavirus. No ha vuelto a salir. Me parece que se puede seguir digitalmente, pero la gente de Tarragona prefiere coger la revista de sus puestos de entrega que leerlo en la pantalla de un ordenador. De esta manera acabaron mis ocho años en este diario. La mayoría de estos relatos se encuentran recopilados en Contes del morbós i de l'escabrós.
Comentarios
Publicar un comentario