La saga de Alejandro de Tarraco seguía a través de dos revistas Estímul, diari de La Canonja, y El traginer. No escribía las aventuras por orden cronológico. Un día pensaba una aventura cuando él tenia 41 años o luego escribía otra aventura cuando el protagonista era un joven. Entre estas narraciones se intercaló un cuento de detectives, La princesa del trueno, que podéis leer en Bianjing era el meu somni i altres narracions. Era mi primer caso como detective, pero no me podía separar de los fenómenos fantásticos. De esta manera la primera mitad pertenecía al género detectivesco y la segunda mitad tendía a los temas fantásticos.
Las aventuras de Alejandro de Tarraco continuaban y naturalmente encontraba una esposa. En otras aventuras anteriores conoce a mujeres y tiene relaciones con ellas pero el amor no llega a dominar en la pareja. En una aventura larga titulada Els gegants de la tempesta conoce a una esclava. Se enamoran y acaba por convertirse en su esposa. ¡Atención! La muchacha es ciega. Con este hecho rompo los moldes de los relatos épicos. El guerrero siempre se enamora de su futura mujer que es hermosa, aguerrida y no tiene ningún defecto físico. En la saga de Alejandro de Tarraco rompo esta tradición y la muchacha que no le falta belleza pero también es ciega. En este relato, que se publicó en tres entregas en Estímul, diari de La Canonja, el personaje pierde su reino, Tarraco, por constantes conspiradores, pero luego lo recupera con ayuda de sus partidarios y celebra la victoria con la muchacha ciega, que todavía no se cree que se convierta en emperatriz de Tarraco ni que sea la esposa de Alejandro. Después transcurren más aventuras. Pensaba escribir más narraciones de este ciclo. Sin embargo el personaje y sus amigos fueron desapareciendo de mi cabeza. Se alejaban en un indescriptible horizonte. Me saludaban, pero se iban sonrientes. Durante unos días me quedé con unos borradores de sus futuras aventuras que no pude terminar. También mi mente se quedó vacía. Pronto llegaría un nuevo héroe para suplir la ausencia de Alejandro de Tarraco. Se trataba del espadachín Esteve Masricart, un héroe del siglo XVII. Encontrarís los relatos de Alejandro de Tarraco y Esteve Masricart en Els últims dies del dictador Valdés i altres narracions. ¡Fijaos en la segunda parte de narraciones!
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