En la nueva etapa de Estímul, diari de La Canonja, publicarían El negre del bosc, y con este relato finalizaba la serie de Jatlan el turdenio. El siguiente La nit del drac roig, un aventurero catalán, Daniel Robles se encarga de desarticular una secta china con la compañía de una bella muchacha nativa. Pero no pareció tener demasiado éxito. Ordené trabajar a mi cerebro para traer nuevas ideas, pues mi situación no era muy favorable. Entonces recordé que mi inicio en Tarragona Nostra fue un relato de viajes, por tanto faltaba una larga narración de viajes para asegurar mi posición. En este caso sería El viatge de Daniel Herrera. Si un astuto lector lo lee en el libro Bianjing era el meu somni i altres narracions, donde están recopilados los doce capítulos, verá que Daniel Herrera coincide fonéticamente con mi nombre Javier Parera,
Da-niel He-rre-ra
Ja-vier Pa-re-ra
Sí, señores observen que era yo el protagonista y el que contaba un relato que empezaba con un melancólico personaje que en un barco mercante huye de la preocupaciones que le atormentan. En realidad empieza con hechos típicos en un trayecto por mar , pero mientras la narración avanza con rivalidades entre marineros, islas desiertas, peleas y civilizaciones perdidas, se transforma en un cuento largo de ficción. Además tenía un desenlace inacabado y dejaba al autor que pensase el final. Recuerdo que en el Orfeó Canongí, cuando celebraban el aniversario de la revista, la gente me preguntaba por el final, pues todavía publicaban el capítulo noveno. Quedaban tres para ver un enigmático final que el director se temía. Con este relato aseguré mi lugar en la revista y me pude dedicar a cuentos sobre temas que más me gustaban.
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